viernes, 27 de marzo de 2009

LAS SIETE PALABRAS DE JESUS EN LA CRUZ


1- PADRE, PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN. (Luc. 23:34)

El amor de Jesús hacia nosotros no se puede comparar con nada. Es increible cómo en tales circunstancias pudo pedir al Padre que perdonara a aquellos verdugos que acababan de crucificarlo. Cuando ya su cuerpo, totalmente desgarrado por los impiedantes golpes y latigasos que habia recibido, colgaba de aquella cruz. No habia fuerza en sus brazos, no habia fuerza en sus pies, tampoco en su cuello para sostener su cabeza. Llevaba todo el peso del pecado de la humanidad.
Siendo El inocente, ocupó el lugar que debí ocupar yo. Siendo El inocente, sufrió los latigazos que debí sufrir yo. Siendo El inocente, sufrió el rechazo de los hombres por los cual murió y todavia hay quienes lo continuan rechazando.

2- TE ASEGURO QUE HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO. (Luc. 23:43)

Toda la gente que estaba alli presenciando el acontecimiento que marcó el mundo, gritaban a Jesús que descendiera de la cruz si realmente era el Hijo de Dios. Jesús podia descender de la cruz, pero la Palabra de Dios debia cumplirse.
Uno de los dos malechores que fueron crucificados con El tambien le gritaba que se salvara a sí mismo y los salvara a ellos, pero el otro lo reprendió diciendo que ese castigo era justo para ellos, no asi para Jesús que era inocente, y le pidió a Jesús que se acordara de él cuando esté en su reino, entonces fue cuando le dijo la segunda palabra: "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraiso".

3- MUJER, HE AHI TU HIJO. HE AHI TU MADRE. (Jn. 19:26)

La humanidad de Jesús queda marcada con esta palabra en una forma viva. Cuanto amaba Jesús a su madre, que aun en la hora de su muerte y su agonia todavía se ocupa de ella, todavia la sigue protegiendo. Que momento tan dificil para María, ver a su hijo clavado en la cruz. Seguro que su llanto no encontraba consuelo aun cuando ella había dicho he qui la sierva del Senor. Admiro a esta gran mujer por su entrega a Dios. Cuántos de nosotros no estamos dispuesto a sacrificar ni si quiera una hora de nuestro tiempo por el Señor y aquí esta maravillosa mujer estuvo dispuesta a soportar aun el dolor de ver a su hijo morir en una cruz sin haber cometido falta alguna. Jesús sabe lo que es el dolor. El conoce lo que es el sufrimiento. Cuando tú te le acercas en oración por una madre, por un hijo, por un ser amado, El sabe por lo que estas pasando. El no te abandona ni te ignora. Justificado hubiera sido para Jesús concentrarse sólo en su dolor. Pero no lo hizo asi. Sino que sacó tiempo para ocuparse de su madre y de Juan. A Juan, el más joven de sus discipulos tampoco lo quería dejar sólo. Yo sé que Jesús oye mis oraciones. Yo sé que entiende mi dolor y estoy seguro que se ocupa de mí y no me deja sólo. Esta palabra me confirma que mis oraciones no se pierden en el aire. Esta palabra me anima a pasar tiempo con mi Salvador y me deja ver que el orar es una delicia, es un milagro extraordinario del cual Dios me hace participe.

4- "DIOS MIO, DIOS MIO, POR QUE ME HAS DESAMPARADO?" (Mc. 15:34)

Muchas veces me pregunté, ¿ por qué Dios abandono a su hijo cuando más lo necesitaba? Cuando la gente oyó a Jesús decir estas palabras, pensarian que estaba pidiendole ayuda a Jehova. O tal vez los eruditos, los estudiantes de las Sagradas Escrituras, pensarian que estaba recitando el salmo 22. Asi también puede ser que muchos hoy dia al leer estas palabras sólo lo tomen como una señal del dolor que Cristo pasó. Pero es mucho más que una simple señal de su dolor. La Biblia nos dice en Mateo 27:45:
"Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena".
La hora sexta es el medio dia para nosotros y la hora novena son las tres de la tarde. Este es el tiempo cuando más fuerte brilla el sol. Pero aquel viernes fue diferente. Todas las tinieblas del infierno se levantaron en contra de Jesús, todo el pecado del mundo fue puesto sobre él. El que nunca habia conocido pecado se hizo pecado por nuestra culpa.
2 Corintios 5:21 "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Tu pecado y el mío fueron sobre él. Tú y yo debimos de haber muerto en aquella cruz, no Jesús, pero él tomó nuestro lugar. El Espíritu de Dios se tuvo que separar de Cristo para que el pecado se pudiera venir sobre él, y asi quizo el Senor que quedase constancia de tan gran sacrificio y de tan gran momento cuando él toma nuestro lugar! ¿Dios mio, Dios mio, por qué me has desamparado? Aqui no queda duda, el mismo Espiritu Santo se habia separado de él, Jesús Hombre vencía el pecado. No sólo sufrió nuestro Salvador la agonía física pero también tuvo que sufrir la agonía espiritual.

5- TENGO SED. ( Jn. 19:28)

Aun hasta el día de hoy, hay poder en la sangre que Cristo derramó. La palabra tengo sed refleja que ya casi no quedaba líquido en su cuerpo. Daba hasta la última gota de su sangre por nosotros. Dice la palabra que aún en el final una espada traspasó su costado, y asi Dios lo permitió por si aun quedaba algo más que dar, así su hijo lo daba TODO.
Juan 19:34 "Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
Cuando el Senor te pide un sacrifico de tu parte para él, ¿cómo se lo puedes negar? El lo dió todo por nosotros sin escatimar nada.
Romanos 8:32 "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿como no nos dará también con él todas las cosas?
Senor, poco soy para servirte, pero en lo que Tú estimes que yo debo hacer, heme aquí mi rey. Cuando sirvamos a Dios, no lo hagamos por glória, ni prestigio, ni posiciones. Hagamoslo sólo por amor y agradecimiento. Al final, sólo él lo hace posible.

6- CONSUMADO ES. ( Jn. 19:30).

Consumado es. Consumado es. Consumado es. Quisiera decirlo mil veces. Cuando el Senor dijo estas palabras, se conmovió el universo completo. Todos los demonios del infierno supieron que estaban vencidos. La muerte habia sido destruida, la victoria era total!!! Nuestro Jesús venció!!! Nuestro Salvador ganó la batalla!!!

7- PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU!. (Luc. 23:44)

La tierra se estremeció. Ni siquiera pudo contener a sus muertos!!!
Mateo 27:51 "Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habian dormido, se levantaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 54 El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habian sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios".
El velo se rasgó porque ya se habia acabado la separación entre el hombre y Dios. Ahora ya yo no necesito que un sumo sacerdote interceda por mi, yo puedo venir por medio de Cristo directamente a mi Padre Celestial. Gloria a su nombre. Fíjate cómo el espíritu de Cristo va inmediatamente al Padre. Por eso le dijo al ladrón arrepentido, hoy estarás conmigo en el paraiso. Lo que muere es el cuerpo no el espiritu. Ahora sé que cuando muera, no estaré en una tumba fria, porque inmediatamente mi espiritu ira al Padre!
Gracias Padre por estas hermosas siete palabras.

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